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jueves, 5 de marzo de 2009

La generosidad, la gran virtud del ser humano. (Parte I)

Esta gran virtud del ser humano condiciona al ser humano y su conducta, lo aquí expuesto es un trabajo de largos años de duro trabajo y estudio en mi corto tiempo de vida. Al igual que Freud, yo presento mi teoría en este escrito:

De la generosidad humana, el problema de toda la sociedad.

El Homo Sapiens Sapiens, más conocido como el hombre moderno o en su defecto como ser humano, es un animal tremendamente generoso. Tal es el grado de generosidad que tiene este animal que de ella, la generosidad, derivan todos los problemas sociales y psicológicos.
Primero sentemos unas bases, el ser humano es generosos por naturaleza porque siempre quiere dar algo, por ejemplo: Cuando un Homo Sapiens Sapiens tira un papel al suelo, no es un guarro como muchos pensaran, no. Está pensando en dar trabajo al basurero, el quiere dar algo, lo que sea, menos dinero. En otro momento de generosidad extrema que se puede ver al Homo Sapiens Sapiens, es el empresario, te da preocupaciones, dolores de cabeza, un sueldo ridículo, trabajo y por encima de todo un jefe amable y simpático.
Ahora bien, en el encabezado de mi escrito he dicho que la generosidad es la razón del malestar social, y ahora explicare el porqué. Más que la generosidad en sí, en realidad es la manca de ella. Cuando un ser humano se ve privado de poder dar se enfada consigo mismo. De ahí deriva el mal humor mañanero, normalmente suavizado cuando le das una mala contestación a alguien. La mala educación, que no es fruto más que de la frustración de no poder dar algo a la sociedad, entonces el mal humor interno lo pagan los demás, porque de forma indirecta le das algo, malas contestaciones, gruñidos, miradas asesinas y unas ganas de darte a ti algo también.
Eso se puede corroborar con los enamorados, si ves a dos enamorados cabreados es que uno no le está dando nada al otro y por tanto esta descontento consigo mismo, entonces acto reflejo le da malas contestaciones y una discusión, que normalmente suelen calmar los ánimos. Sin embargo cuando ves a dos enamoras contentamente cogidos de la mano y sonrientes, en sus sonrisa puedes vislumbrar ese algo especial, esa risita juvenil de haber dado algo al otro y por lo tanto haberse quedad a gusto.
Los viejos son otro tema que puede corroborar mi teoría, y es que ¿quién no conoce al viejecito del 3º 1ª que no deja de darte la tabarra con la tele a toda pastilla a las 3 de la mañana? Eso es el caso máximo de frustración, en al cual el viejecito en sus últimos días de vida quiere dar a todo el mundo algo, para finalizar su vida tranquilo con su alma y sus ganas innatas de generosidad.
Un experimento que podéis hacer para aseguraros de mi teoría es dar guantazos a diestro y siniestro, ya veréis como el hecho de dar algo os calma esas ansias locas de generosidad. Eso sí, recuerdo a los lectores que Homos Sapiens Sapiens lo somos todos y los otros también sienten unas ganas enormes de generosidad, por tanto es posible que en efecto a lo que tu les das pueda devolverte para poder estar tranquilos con ellos mismos. Lo que a su vez acarrea un problema de mayor envergadura, la competencia por generosidad, que es otro de los problemas que crea malestar en la humanidad. Pero eso es otro capítulo, de mi libro y teoría, que escribiré más adelante, dentro de otro muchos años de estudios en mi no tan corta vida (para llegado el momento). Solo puedo adelantar que ese afán hace que se creen cuerpos como los antidisturbios que generosamente aporrean a todo aquel que quiera solo por estar en un sitio a una hora determinada, aun sin hacer nada. Vamos una maravilla, no sé porque la gente se queja tanto si nuestro gobierno mira por nuestra naturaleza generosa.
Y ahora si para finalizar este capítulo del estudio solo decir que la ausencia de generosidad puede dar, como resultado, la avaricia que es todo lo contrario.

Escrito por Aeldim del foro respublika.

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