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jueves, 29 de octubre de 2009

Conspiraciones para despertar la curiosidad...

Últimamente, trasteando en youtube y en la red, he descubierto una serie de “capítulos” de entre diez y veinte minutos, que explican un poco algunas conspiraciones. La verdad es que esta muy concentrado y es muy limitado, puesto que en veinte minutos no se puede hacer una exposición como es debido, sin embargo con el poco tiempo que tiene y con la de información que trastea, Salfate, el presentador de estas micro explicaciones, hace profundizaciones muy interesantes y que en gran medida despiertan la curiosidad, destapando problemas o asuntos inciertos, que dan que pensar. Estos breves explicaciones, más que una forma de verdad alternativa sirven para darnos cuenta de que no todo es como se nos pinta, y una forma de poder tener opción a intentar informarnos de otras opciones y posibilidades. Realmente al principio puede parecer disparatado, sobre todo si tocas temas de “extraterrestres” y demás, pero los temas referentes a ocultamiento de cosas por parte de los EEUU y de grupos como el club bildelger u otros, dejan al descubierto verdades como puños.

Aquí os dejo algunos enlaces interesantes:

Iluminatis
Gripe porcina
Google
Experimento filadelfia
Facebook
Niños superdotados
Luna
Anunakis
Entre otros...

lunes, 12 de octubre de 2009

Del abismo al que se dirige la sociedad.

Hoy en día la sociedad ha perdido el norte, se ha perdido la conciencia de clase y todos los valores y reglas no escritas, también podemos llamarla moral, que hacen que una sociedad no vaya al abismo. Por tanto te acabas haciendo la pregunta, ¿MI civilización esta en caída libre?

Pero centrándonos más en nuestro caso, en lo que nos rodea, se puede ver una pérdida de conciencia de clase. Algo muy negativo si aún existen clases, y creo que todos podemos coincidir en que las clases siguen existiendo, y la pérdida de dicha conciencia es una vía libre más que se abre a ciertos individuos para manipularnos, utilizarnos, explotarnos y demás negatividades hacia nosotros y hacia la civilización o cultura.
Es decir, las clases sociales, o división de las personas por poder adquisitivo, sigue existiendo, pero en estas “democracias liberales” eso queda escondido detrás de un gran abanico de falsedades tales como constituciones que no se cumplen, leyes fáciles de esquivar y un largo etcétera de irregularidades que hacen que al final todo quede en palabras bonitas y poca cosa más, con el aliciente de que el obrero está en desunión y algunos incluso con aires de superioridad, y todo el poder de la masa que debería hacer que la sociedad se autoregulara para evitar abusos, se pierde en beneficio de unos pocos que tiene el control económico y que no hacen nada porque a ellos ya les favorece, e incluso, si hacen, siempre es en contra del pueblo. Y esto sucede porque el pueblo no lucha por recuperar su puesto, su identidad, su soberanía nacional. ¿Estará dormido? ¿Porque?

Irónicamente los no-creyentes e incluso muchos creyentes han cambiado a su dios por uno nuevo y más material, el dinero. Los valores, regulaban la avaricia y hacían que esta fuera “mala”, o mal vista. Hoy día, el avaro, goza de una tolerancia increíble. En el presente, se mide a las personas por el tamaño de su cartera y muy pocas veces por sus verdaderas cualidades. La superficialidad que es típica de la ostentación ha pasado a primer plano en las clases menos acaudaladas, llegando a ser algo tan típico entre los obreros, que incluso es más bueno tener dos coches y dos casas, que tener conciencia social y ser activista en algún grupo. Si, los ideales, la razón, el pensar, hoy día están menospreciados por el poder adquisitivo. Es mejor tener un empleo con una buena remuneración que un empleo que te llene, está más bien visto un rico estúpido que un pobre de talla intelectual media. Los indicadores de esto, son varios, pero el más accesible y el que más en su estado puro se puede ver es el colegio. Los chicos estudiosos antes eran ejemplos para el resto, ahora son unos pringados, los chicos que “molan” y los chicos que son el ejemplo son los que tienen más dinero, visten más bien o son muy hábiles en el arte de la diversión, o dicho de otra forma “se lo pasan teta yendo de fiesta”, aunque interiormente se sientan a la altura del betún, lo importante es el exterior. Cuantas veces se han lamentado nuestros jóvenes por no tener unos padres tan ricos como aquellos de Manuel, o ser tan guapo como aquel Raúl, pero nunca por ser tan listo y despierto como Alfredo. ¿Casualidad?

Si y el dinero ha hecho esto posible. Cuando el dinero entra en las vidas y nubla la mente con lujos innecesarios, la vacía de pensamientos y te convierte en un adulador de él y de lo que él te puede dar, entonces el dinero lo ha conseguido.
Sin ir más lejos, uno de los problemas de la juventud, y porque no decirlo, de los negocios de los “listos”, es el alcohol. La edad media de empezar a beber en España es de 13 años. También añadimos que cuando consumen alcohol hacen un favor a los empresarios que tanto se preocupan de su “bienestar lúdico” y de la cartera de sus bolsillos. Es decir los empresarios al ver que eso atrae a los chavales lo aprovechan sin remordimientos ni miramientos y echan a gran parte de la juventud a perder. La mayoría de tiempo que pasan bebiendo, lo pierden de pensar, tener ideas, hacer funcionar el cerebro o pararse a mirar el panorama social, haciendo que cuando llegan a una “madurez” teórica, están vacios de ideas y sean unas ovejitas mansas o en su defecto unos descerebrados que no harán nada en su patética vida. ¿Y eso a que es debido? Una vez más a un complicado calculo que se define en una palabra, DINERO.

En esta historia breve del niño que empieza a alcoholizarse por falta de responsabilidad de los padres, podemos observar como todo es manejado por el dinero, por una parte el “acomodamiento” de los padres y por el otro la ambición del empresario, ya sea el que hace el alcohol o el que lo vende, a fin de cuentas tanto monta, monta tanto… En definitiva, el resultado que se obtiene es un chico que en un futuro difícilmente saldrá del bucle: diversión es igual a beber hasta no poder más e irse de fiesta y consumir. Podrá tener mayores o peores resultados en la escuela, pero realmente esos conocimientos no le darán la base como persona y como identidad personal que deja vacía la educación en moral, ética, valores y todo eso que hoy en día se ve como negativo y que a la larga acabaran haciendo que sus ideales sean nulos porque no utiliza la materia gris. Evidentemente llegados a esos extremos nos encontramos con unos chicos con pocas energías para luchar por mejorar las cosas, porque su “mejora” es poder salir de fiesta los fines de semana y que ideológicamente no han cultivado nada y si les preguntas sobre su opinión la respuesta es: “a mi esas cosas no me interesan”.

Llegado a este punto del escrito hay que hacer memoria del principio y volver a encajar todas las piezas. La sociedad ha perdido el norte, ¿es el fin de mi civilización o cultura?
Por una parte tenemos que el dinero y su capitalización ha hecho que las clases sociales sigan vigentes, pero que, muy hábilmente, unos gobernantes burgueses intenten quitar esa sensación, porque si no hay conciencia de clase, no puede haber lucha de clases y por tanto los acomodados reales, no tienen de que preocuparse.
Por otro lado el hecho de perder los valores, o las barreras, que impedían esta evolución, ha hecho que se descontrole a la mayoría de la gente, permitiendo crear una generación de personas-oveja que difícilmente puedan desenchufarse del sistema porque es lo único que conocen y lo único que quieren, debido a las pérdidas antes mencionadas y al creciente pasotismo que detecta la juventud. Esto sumado a que al sistema evidentemente le interesa mantener esta situación y no piensa hacer nada para cambiarlo hace que el problema se retroalimente.

Aceptado esto, podemos decir que la sociedad en si es tirada por la juventud y la vejez. La juventud tira con su fuerza y la vejez enseña con su experiencia, y así todo gira y avanza, ahora la vejez ve como los jóvenes no tiran y como desperdician el terreno ganado. Por tanto todas estas premisas y viendo que la solución no parece aparecer y que el problema se retroalimenta, hace falta insistir, ¿es el fin?