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lunes, 9 de febrero de 2009

Las teorías Marxistas siguen, solo han cambiado los disfraces

El paro, esa palabra tan sonante últimamente, y que todos temen. Realmente el paro puede abrir los ojos, pero como ya es de costumbre, los hombres X han hecho su trabajo y cuando llegan las vacas flacas para el capitalismo y cuando entra en crisis ese sistema tan poco igualitario y muy beneficioso para algunos, que digo, para cuatro gatos, el pueblo está separado dividido y no puede reaccionar como debiera.

Bueno llegados al punto de tres millones y pico de parados y subiendo se empieza a ver como los “cien mil inmigrantes que España necesitaba”, ósea mano de obra barata, no eran tan necesarios como querían hacérnoslo creer, o ¿sí? Bien planteémonoslo de esta manera, cuanto más barato es un empleado y menos gastos tienes más bien parado puedes salir de una crisis. Así aparte, al haber más oferta que demanda se abaratan los precios, pues no debemos olvidar que para el capitalista el obrero, trabajador, jornalero o empleado, llámale como quieras, no es más que un objeto con fuerza de trabajo que se compra por un precio, al cual más tarde se le robara con la plusvalía.

Bien esto ahora se podría ver más claro si no tuviéramos tantas divisiones y nudos como tenemos en la actualidad. Por una parte los sindicatos son tan efectivos como limpiarte los dientes con un estropajo metálico, a la vista parece que puede funcionar pero sus consecuencia son catastróficas. Así que no se puede contar con ellos llegado el momento, como mucho alguno poco conocido y con la intención real de ayudar al obrero, podrá en un momento dado ayudar, pero se necesita una masa más grande para mover las montañas.

También se ha de analizar el hecho de que, mientras el obrero piensa individualmente y actúa individualmente, el capitalista actúa colectivamente y piensa colectivamente. Y si me estoy refiriendo a la guerra de clases que Marx dijo en su momento, que aunque hayan cambiado los disfraces sigue habiendo la misma actuación. Por un lado tenemos a los poseedores del capital, el cual a través del dinero controla a la masa obrera que necesita vender su fuerza de trabajo para poder conseguir sus necesidades básicas, comida, casa, agua… Y el problema aquí es que aunque haya un grupo de obreros que haya conseguido un poco mas de dinero por su trabajo, sigue necesitando trabajar para costearse su vida, así que hoy en día, siguen habiendo dos clases económicamente hablando, enfrentadas, los capitalistas (que tiene el capital y por tanto los medios de producción) y el asalariado (que debe vender su fuerza de trabajo para conseguir subsistir), no existe esa tal clase media que algunos dicen, pues en tiempos de crisis si pierdes el trabajo lo pierdes todo, ergo sigues necesitando vender tu fuerza de trabajo por un salario.

El gran problema de hoy en día es que el capitalismo ha logrado aquello que parecía imposible, crear falsas clases en base al “consumismo” de los diferentes grupos de empleados remunerados. Puede que un plato de sopa te cueste 4 euros en vez de 1, pero a fin de cuentas lo mismo que ingresas en el banco lo gastas, pues a mejor sueldo mejores cosas quiere tener uno, ergo más gasto e iguales beneficios, casi nulos o negativos.

Así pues encontramos al obrero rodeado de una espiral de consumismo, a mayor o menor escala, en la cual e capitalista logra deshacerse de productos que le reportan un beneficio y a la población un montón de trastos inútiles o en su defecto, repetidos. Y es ahí donde entra en juego la importancia del la división en la crisis. Pues el hecho de tener muchos individuos y muchos “grupos” hace que entre ellos no se pongan de acuerdo y al final el grupo más pequeño, es decir el capitalista, sigua produciendo beneficios, y el grupo más grande, dividido en subgrupos para evitar la unidad sea vencido... es decir, divide y vencerás, claro como el agua.

Ahí radica la importancia de pensar individualmente y actuar colectivamente, que si todos los obreros del mundo se unieran como bien dijo Marx en su momento, el capitalismo vería su fin y seguramente se demostraría el porqué una economía planificada es mucho mas benéfica para el ser humano que una economía de libre mercado.

Y aquí es donde entra en juego la crisis. El capitalismo tiene crisis aseguradas cada cierto tiempo, pues la sobreproducción que acaece por querer vender más productos y tener más ganancias es inevitable en este tipo de sistemas en el cual el principal objetivo es vender a toda costa. Al final los consumidores ya tiene de todo y les sobre, bajar los precios no sirven y el capitalista para abaratar costes despide al personal, lo que baja la productividad. Una solución pasajera que encontró Keynes, fue que el estado (es decir los impuestos del pueblo) invirtieran en grandes obras para así crear puestos de trabajo y fomentar el consumismo, otra vez volvemos al bienestar de unos pocos y no de la mayoría. Así pues en estas acciones vemos tres cosas claramente. Primera, el Capitalismo solo quiere una mejora económica para unos cuantos, aunque quiera aparentar que no y sus textos teóricos digan lo contrario, la realidad está bien clara. Segunda, las soluciones que algunos capitalistas dan en pro de que el obrero tenga trabajo y así todos vayamos mejor hacia el “estado del bienestar” no son más que artimañas para hacer que se sigua consumiendo y por tanto llenando los bolsillos de algunos pocos. Y tercera y más importante de todas, el capitalismo, tal como está establecido, aparte de explotar a la mayoría en pro de una minoría privilegiada, está destinada matemáticamente al fracaso y por tanto a tener cada X tiempos problemas que pueden terminar en GRANDES problemas para el pueblo llano.

En definitiva, el capitalismo es una lacra para una sociedad, el cual mediante el tiempo aprendido a defenderse mejor que el pueblo, ha hacer al pueblo adicto a él. No reporta beneficios, sino problemas a largo plazo, de los cuales hablare en otros post, y cuando está más débil, cuando está en crisis, el pueblo duerme plácidamente saciado de pan y circo (ambas de mala calidad si se me permite la observación), y como defensa del capitalismo por excelencia, hacer pensar que es el mejor sistema y el más “humanitario” haciéndote, a la vez, adicto a él y separándote para que cualquier posible rebelión sea fácilmente oprimida, ya sea por la vía del “esta gente son insensata”, “liantes” o simplemente con represión policial.


El que duerme debe despertar, pero debe despertar ¡YA!

Escrito por Aeldim del foro Res Publika.

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